Puede ser una oficina, un escritorio, o hasta una silla, pero encuentra un espacio que sea dedicado enteramente para tu trabajo. “Al dedicarle al trabajo un espacio, creo límites claros entre mi vida laboral y mi vida en casa. Cuando estoy en mi oficina, no pienso en mi casa, cuando estoy en casa no pienso en la oficina”. Explica Virgina Ginsburg, propietaria de Swell Strategies en un artículo para Fast Company.