De la clase media a la pobreza, un viaje en primera persona-SliderPhoto

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Si piensas que vivir de la ayuda social del gobierno no es para gente como tú… piénsalo dos veces.

Una vez estaba en la fila del supermercado cuando el cajero me preguntó si quería donar el vuelto a los necesitados. Me hubiera gustado pero, en vez de eso, le mostré mis cupones de comida gratis y negué con la cabeza. “No puedo, esta vez yo soy la necesitada”.

El pobre chico se sonrojó y murmuró una respuesta, podía ver que se sentía fatal por mí.

“No importa, estoy agradecida de tener estos cupones de ayuda”, le dije.

Ese día, hace cinco años, me di cuenta de que no parecía el tipo de persona que necesita ayuda social. Ya otros días, cuando iba al supermercado, me di cuenta de que no estaba sola. Mujeres bien vestidas en la fila del super sacaban la tarjeta de ayuda social disimuladamente, pero yo la reconocía de inmediato y quería decirles que no se sintieran mal. Estábamos dentros de los 20 millones de norteamericanos que necesitan ayuda social desde la recesión. Y mis hijas pertenecían al grupo de 17 millones de niños etiquetados como “alimentación incierta”, que quiere decir que no se sabe cuándo y cómo comerán la próxima vez.

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LA CRISIS ECONÓMICA GOLPEA MI PUERTA
Yo era una profesional de clase media hasta que terminó mi matrimonio en plena recesión. Los medios para los que publicaba quebraron  y me convertí, de pronto, en una madre sola y desempleada con dos hijas de 7 y 4 años.

Me tuve que mudar de nuestro hogar de cuatro dormitorios con piscina a un pequeño apartamento, con las niñas. Mi ex-marido también se había quedado sin empleo y ya no nos quedaban ahorros. Yo tenía un pequeño ingreso y muchísimas deudas. Para poder pagar las cuentas y comprar alimentos mientras buscaba otro empleo, tuve que vender mis joyas, incluyendo mi anillo de casada y los regalos que recibieron las niñas al nacer. Por supuesto que esto fue emocionalmente devastador para mí. Tuve que aguantar las lágrimas cuando el joyero valoraba mis tesoros familiares mientras mi pequeña de 4 años se divertía mirando piedras preciosas en el local sin saber qué hacía yo.

VENDER TODO LO QUE TENGO
Vendí mis bolsos de marca, mis mejores zapatos y ropa en eBay. Entonces descubrí la venta directa. Lo intenté con todo, desde joyería hasta cosméticos, pero eran tiempos difíciles para muchos y había mucha competencia. No lograba tener los ingresos suficientes para cubrir lo básico. Seguía con la esperanza de encontrar trabajo pronto como escritora y que las cosas mejorarían para nosotras.

Pero no había cambio alguno a pesar de mis esfuerzos denodados por encontrar empleo. En los diarios no empleaban a nadie, y eso que habían sido mi fuente de trabajo desde 2004, cuando llegué al país. La recesión estaba en pleno apogeo y tuve que aceptar la ayuda de familiares y amigos. En ese tiempo, me di cuenta de que mi vecina, que era madre de 3 hijos, invitaba muy a menudo a mis hijas a cenar. Un día descubrí que la razón era que las niñas habían comentado que nuestro refrigerador siempre estaba vacío. Me estaba quedando sin opciones y necesitaba alimentar a mis hijas.

Un amigo cercano me sugirió la ayuda social (Food Stamps). Su familia había usado este recurso desde que llegaron a Estados Unidos huyendo de Cuba años antes, hasta que pudieron valerse por sí mismos. Al principio ni lo consideré. Siempre había pensado que estos cupones de comida eran para los pobres y desamparados. No podía concebir que alguien como yo entrara en esa categoría. Entonces me di cuenta de pronto ¡yo era pobre y necesitada! Esa noche, mientras las niñas dormían, me colgué del WiFi de los vecinos y Googleé “Cómo pedir cupones de comida”.

Unas semanas después me sentí inmensamente aliviada cuando subía las escaleras a mi departamento seguida de mis hijas felices con varias bolsas de compras recién hechas. Me sentía mejor que en la mañana de Navidad.

Aquellos fueron tiempos muy duros, aprendí de la forma más difícil que el orgullo no da de comer. Pero la ayuda social sí lo hace cuando lo necesitas.

DÓNDE PEDIR AYUDA EN USA
A continuación vas a encontrar toda la información necesaria para pedir asistencia al SNAP si alguna vez lo necesitas tú o alguno de tus seres queridos.

¿Dónde me apunto para obtener esta ayuda?
Sin importar el estado en el que vivas, puedes visitar Government Benefits Online e introducir tu información de contacto. Alguien te va a llamar para ver si eres indicado para este programa. También puedes visitar la página SNAP Food Stamp Help y aplicar directamente en tu estado.

¿Cómo sé si soy apto para recibir esta ayuda?
Cada estado tiene diferentes requisitos, pero puedes utilizar la herramienta online Prescreening Eligibility Tool para saber en minutos si lo eres o no. Si lo eres, puedes aplicar online en ese mismo momento.

¿Qué me van a preguntar?
Necesitas probar tus ingresos, tus gastos, deudas, bienes, número de hijos a tu cargo, si alguien te está ayudando a pagar las cuentas y si recibes ayuda por tus hijos. Dependiendo de tus respuestas, te llevará, más o menos, 45 minutos completar el formulario. Puedes hacerlo en diferentes momentos porque puedes guardarlo y abrirlo después para continuar rellenándolo.

¿Qué documentación necesito presentar?
Después de que envíes el formulario puede que te llamen o te envíen un e-mail. En la mayoría de los casos, te van a pedir un documento que pruebe tus ingresos las últimas cuatro semanas, una copia de tu licencia de conducir y los certificados de nacimiento de tus hijos. Puedes mandar esto online o por fax.

¿Cuánto recibiré?
Depende de tus ingresos, tus gastos y cuántos hijos tienes. Si aceptas ayudar con el Child Support Enforcement en el caso de que estés separada o divorciada, también podrías recibir ayuda para ti además de para los niños. Yo elegí no cooperar por razones personales, pero cada caso es diferente. Aunque no colabores, tus hijos recibirán ayuda, no te preocupes.

¿Qué pasa si no me ayudan pero realmente lo necesito?
Puedes pedir ayuda de nuevo un mes después o apelar la decisión. Si tus ingresos fluctúan de mes en mes, no dudes en pedirlo de nuevo. Una vez aprobada la ayuda, recibirás beneficios por 6 meses, al final de los cuales revisarán tu caso.

¿Cómo son los cupones y qué puedo comprar con ellos?
Hoy en día no es nada de lo que tengas que avergonzarte en las tiendas. Parece una tarjeta de débito y se la das al cajero de la misma forma que usas tu tarjeta de crédito, al final de la compra. Cuando aparecen las opciones de compra en pantalla, elige EBT en vez de Debit o Credit. Después aparecerá Food o Cash, elige Food e ingresa tu PIN.

La tarjeta EBT pagará por los productos acordados, incluyendo cualquier comida o bebida que no sea del delivery (cocinada y lista para comer), ¡también incluye dulces y gaseosas! Entonces aparecerá el recibo total de lo que cubre la tarjeta. las otras cosas puedes pagarlas con tu dinero o con tarjeta de débito. Cuando te dan el recibo, verás el estado de tu cuenta EBT al final.

No te preocupes, nadie va a llamarte la atención porque uses tus cupones para comprar comida, y si lo llegan a hacer, tienes todo el derecho a quejarte con el gerente.

¿Qué supermercados aceptan estos cupones?
¡La mayoría! Incluso los orgánicos como Whole Foods. Las tiendas  de todo a un dólar y las gasolineras también aceptan cupones (verás carteles que dicen “we take EBT payments”). Algunas veces no hay carteles pero puedes preguntar. Te sorprenderás de ver cuánta gente como tú está usando hoy esta ayuda.

Si crees que alguna mamá que conoces pudiera necesitar ayuda, por favor, comparte este artículo con ella. No hay por qué avergonzarse de pedir ayuda cuando se necesita. A veces es más difícil aprender a aceptar que a dar pero, como mamás, tenemos que tragarnos el orgullo y asegurarnos de que los niños tienen lo que necesitan.

SI ESTÁS EN POSICIÓN DE AYUDAR
No es necesario salir de Estados Unidos para encontrar personas que pasan hambre. Para millones de norteamericanos (1 de cada 6), el hambre es algo real y tangible. Muchos de ellos son niños o ancianos. Para más información visita este sitio. Mide tu desconocimiento acerca del hambre en este test.

[Lorraine C. Ladish es Editora Jefe de Mamiverse. Puedes encontrarla en @lorrainecladish y @mamiverse]