El frío se calma un poco, ya no nos asalta el viento helado en las esquinas, la nieve empieza a ser un recuerdo y el sol nos acaricia en cuanto salimos a la calle. Una deliciosa sensación de bienestar nos inunda. Se acerca la primavera, se renueva el ciclo vital, el optimismo llena nuestras mañanas… ¿o no?
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1. Rinitis alérgica primaveral
Irritación de ojos, de garganta y de nariz. Moqueo y estornudos constantes. Picor de garganta. El médico debe ser quien dé un diagnóstico, pero lo más probable es que estos síntomas obedezcan a una dolencia común en estas fechas. La rinitis estacional o alergia primaveral.
Cuando esto sucede, la primavera se convierte en un enemigo espantoso. Hay, de todos modos, al margen de la medicación que recete el especialista, algunos tips para mejorar la sintomatología, tan molesta por otro lado:
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Esta alergia es, en realidad, alergia al polen. Si se evita la actividad fuera de casa en las primeras y últimas horas del día se evitan, también, ocasiones de flujo de polen intenso.
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Los días de viento es aconsejable utilizar gafas de sol e, incluso, permanecer dentro del hogar. La polinización y la concentración de polen se agudizan. Estos mismos días hay que evitar secar la ropa al aire libre, pues se llenará de polen y causará terrible malestar cuando se utilice.
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Mantener, siempre que se pueda, las ventanas cerradas y el aire acondicionado con filtro.
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Llegar con las defensas altas a la primavera es una excelente manera de crear un escudo contra la rinitis. Es recomendable, por tanto, tomar alimentos que ayuden a aumentarlas, como el zumo de naranja, el té y las infusiones de eucalipto y gordolobo. Las frutas y verduras (especialmente el tomate) y alimentos como la cebolla, el ajo y la alfalfa son excelentes aliados.
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Vitaminas que contengan selenio y cinc, y un extraño elemento llamado capsaicina, habitual en los alimentos picantes, pueden ser de gran utilidad, aunque parezca un contrasentido.
2. Ponerse en forma
Quizá no sufrimos de alergia, pero vernos en el espejo después de un invierno ocultos debajo de pesadas ropas, sí que nos da ganas de gritar. Sobran kilos, falta tonicidad y el color pálido y lechoso no nos ayuda a sentirnos atractivos.
Lo aconsejable es un chequeo médico de rutina que nos dé el visto bueno para una actividad física intensa y regular. Hay que empezar a ejercitarse con moderación e ir incrementando la actividad paulatinamente. De ese modo el metabolismo se acelera y los resultados son visibles en nuestras curvas.
El ejercicio físico debe ir acompañado de una alimentación sana y equilibrada, y una ingesta de agua abundante, que limpie, hidrate y mantenga el organismo en óptimas condiciones. Una opción es apuntarse a un gimnasio, pero hay formas de ejercitarse a lo largo del día. Subir y bajar escaleras en vez de utilizar un ascensor, caminar largos trechos en vez de usar el auto, acomodar una rutina de abdominales y ejercicios localizados en algún momento del día, incluso preparar actividades al aire libre durante el fin de semana, coadyuvan a que nuestro aspecto general mejore considerablemente.
3. Moda primaveral
Un repaso a las revistas de moda, las vidrieras y escaparates, y el fondo de armario. Con una suma de dinero moderada, si no se dispone de más, se puede combinar lo que ya se tiene con algunos detalles de temporada. Estrenar indumentaria, aunque sea en pequeños detalles, es un placer.
4. Planes y vacaciones primavera-verano
Mejorando la imagen se mejora la autoestima, y con ella llegan las ganas de hacer cambios y la predisposición para actividades nuevas. Los planes, las expectativas, son fundamentales para el optimismo, y esto se traduce en un bienestar interno que florece notablemente en la”belleza” particular de cada uno. Se crea así un circuito en espiral hacia el bienestar.
Planear un viaje para el verano o una escapada de fin de semana hará que la rutina sea menos pesada. Es tiempo de hacer balance de economía y proponerse unas buenas vacaciones.
5. Amor, infaltable amor
La primavera y el amor parecen indisolubles. Será que es el tiempo del apareamiento en el reino animal, y no podemos escapar a la general de las leyes. El clima es un cómplice. El calorcito acorta faldas, destaca escotes y marca abdominales. El bronceado favorece sonrisas y hay un airecillo de conquista en cada esquina. Vuelan mariposas y piropos. Pareciera que el mundo se edulcora, se calienta y tiene un objetivo muy determinado: la seducción sexual y sentimental.
Es la cereza del pastel. Una relación romántica que florezca y acompañe los planes de vacaciones, el ejercicio y los esfuerzos por mantener una alimentación saludable harán que, definitivamente, la primavera sea un punto de inicio vital y renovador.