Las selfies llegaron para quedarse y los selfie sticks han abierto un mundo completamente nuevo que va más allá del espejo, juntando grupos y diversión en estos. Simplemente no lo saques en los estadios, en museos aglomerados o en aceras y los haters no tendrán otra opción que ir y comprar su propio selfie stick (¡si es que no lo ha comprado ya en secreto!)