En un mundo donde, para bien o para mal, la apariencia importa, todas estamos tratando de encontrar trucos, herramientas y productos que nos ayuden a lucir de lo mejor. Después de todo, no solo se trata de cómo luces, sino también de cómo te sientes. Y una de las mejores formas de sentirte más confiada es presumir un brillo en la piel que sea tan radiante como se siente. Érase una vez donde la gente juraba por doquier que un facial era una forma infalible de lograr una tez impecable, limpia y hermosa. Pero ¿aún es el caso? ¿Los faciales están pasados de moda? Y, ¿si quiera funcionan para que la piel se vea de lo mejor?
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Primero que nada, necesitamos discutir qué es un facial y qué pasa con tu piel cuando vas con un esteticista. Un facial es un tratamiento de belleza para tu piel que normalmente es realizado en un spa o en el consultorio de un dermatólogo, donde la piel es inspeccionada por un experto y éste usa un número de productos distintos, técnicas y herramientas para eliminar la piel seca o muerta, balancear y rehidratar tu piel, y prevenir o curar el acné dependiendo de tus necesidades. Algunas veces los faciales también incluyen extracciones, que es cuando los esteticistas eliminan los puntos negros o espinillas que tapan tus poros. Si eso no suena muy placentero, es porque no lo es. Pero también es importante. Como Marie Claire informa, de acuerdo con Yaffa Rabe, una esteticista maestra y especialista en la piel en Dorit Baxter Day Spa: “La piel está llena de aceite que está atrapado en los poros—de ti depende extraerlo…se supone que debemos cuidar la piel, no ser el médico de nuestra piel. Podrías estar causando daño que toma meses reparar o no se repara del todo”. En otras palabras, tu trabajo es cuidar de tu piel en casa de la mejor forma que puedas y dentro de tu propio tiempo. Pero cuando se trata de en verdad limpiar la suciedad, curar y revitalizar tu piel, necesitas un poco de intervención experta.
Y es ahí donde un facial es útil. Un facial es una oportunidad para que un profesional entrenado te ayude a darle amor a tu piel, consentirla y darle la mejora que necesita. Un esteticista verá lo que tú no puedes (tiene luces reveladoras y espejos súper fuertes y lentes magnificadores), y están equipados para consentir tu piel en formas que tú no puedes hacerlo en casa. Entre los tratamientos, la exfoliación, máscaras, extracciones de puntos negros y más, tu piel recibirá unos cuantos golpes de la mejor forma posible. Piensa en él como “amor duro” para lograr los resultados brillantes que quieres. De hecho, cuando se trata de faciales, parte de la diversión es cuando estás en el cuarto del tratamiento, y la otra parte de éste es cuando disfrutas los resultados del tratamiento durante las siguientes semanas.
Además de los beneficios físicos de los faciales regulares, hay beneficios mentales y emocionales también. Después de todo, algunos tejidos de la piel no solo son cuestión de cómo cuidas tu piel; también son resultado del estrés y el cansancio. Piensa en un facial como un tratamiento de spa; como una parte de tu rutina del cuidado de la piel. Muchos faciales incluyen productos de aromaterapia que ayudan a entrar en un estado de ánimo, suavizar tu piel, relajar tu mente y liberar el estrés. Además, en ese momento durante el tratamiento—normalmente de 30 minutos a 1 hora—solo te enfocas en tu propio bienestar. Cero celulares, cero emails, cero responsabilidades y cero estrés; solo tiempo para ti para mejorar tu energía, actitud y apariencia. Y no subestimes la importancia de un “tiempo para mí”; tomarte el tiempo para simplemente ser puede mejorar tu concentración, ayudarte a relajarte, incrementar la concentración en otras áreas de tu vida, ayudar con la resolución de problemas, y mejorar la felicidad en general.
Entonces, aunque un facial definitivamente es bueno para tu piel, y bueno para tu mente, también es importante ser un poco escéptica acerca de cualquier consejo que recibas durante tu facial. Doris Day, M.D., una profesora clínica adjunta de dermatología en la New York University Langone Medical Center, dice que aunque ella es una fanática (siempre y cuando sean realizados por un profesional con licencia), es importante: “Disfrutar del proceso, pero tomar los consejos como algo no universalmente veraz… piensa en un facial como un gusto en vez de un tratamiento médico”. A fin de cuentas, ¿los faciales son una buena idea? Por supuesto que sí. Considera esta tu excusa para disfrutar un pequeño facial para consentirte hoy.
