4). Cuando demuestran lo que sienten. No es cuestión de que lloren con todo, pero cuando vemos una lágrima de emoción verdadera o escuchamos su risa franca y feliz, nos sentimos vibrar. ¿No te has derretido de amor cuando te mira despeinado con los ojos llenos de felicidad? ¿No quieres devorártelo cuando te sonríe con esos hoyuelos? ¿Y qué tal cuando muestra su anillo de casado sin problemas o te toma de la mano por la calle? Otro detalle irresistible es cuando se sonrojan al recibir un elogio, incomparable su rostro avergonzado y arrebolado de placer.