El término Crisis de la Mediana Edad, o existencial, deviene de las teorías de Sigmund Freud, quien sostenía que las personas de mediana edad empiezan a sentir temor por la cercanía de la muerte. Desde que Freud acuñó el término, se utiliza frecuentemente para explicar cualquier estereotipo de comportamiento, desde un cincuentón que se compra un llamativo coche deportivo hasta una mujer que se somete a cirugía mamaria y un lifting a los 40. El término tiene una connotación negativa pero, en realidad, no debiera. Una crisis existencial puede ocurrir a cualquier edad y, dependiendo de cómo te afecte, hay diferentes maneras de lidiar con ella.
¿POR QUÉ TENEMOS CRISIS EXISTENCIALES?
Cualquier momento de cambio profundo en nuestras vidas puede ser el detonante para una crisis, pero el mayor de todos es cuando nos percatamos de nuestra mortalidad. Generalmente esto ocurre alrededor de los 30 años. Otros momentos críticos de la vida como la pérdida de un ser querido por muerte o divorcio, grandes desilusiones o infortunios de la vida pueden destruir nuestro mundo emocional. Cualquiera de estas cosas puede pasarnos en cualquier momento y cambiar nuestras vidas para siempre. Si somos lo suficientemente fuertes, podremos campear la crisis sin ayuda o con pocos efectos colaterales, pero no todos tenemos la suerte de serlo.
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Hay otras crisis que se desencadenan poco a poco y no parecen estar relacionados con una causa determinada. Una vida que en apariencia era ordenada y perfecta… de pronto pierde sentido. Aún así, para poder crecer y evolucionar, necesitamos cambiar cosas en nuestras vidas periódicamente, ya se trate de un cambio en nuestra carrera, un nuevo régimen, o la redecoración completa de la casa. El cambio nos mantiene interesados y entusiasmados con lo que nos rodea. Así que, quizá, estas crisis de la mediana edad o existenciales son la manera que tiene la vida de decirnos que despertemos nuestros sentidos porque, quizá, nos habíamos vuelto sedentarios y rutinarios.
No tenemos un manual de instrucciones para la vida, pero si nos fijamos en nuestras carencias existenciales, podemos hacer los cambios necesarios para recuperar el ánimo. Nunca es demasiado tarde para reinventarte, no importa la edad que tengas, así que, cuando te golpee la crisis, no te escondas. Enfréntala y escucha lo que te está queriendo decir.
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CÓMO ATRAVESAR TU CRISIS LO MÁS RÁPIDO POSIBLE
- Nunca es demasiado tarde para cambiar. Trata de identificar tus pasiones. Escríbelas y pregúntate qué es lo que realmente quisieras hacer con tu vida. Quizá tardes un poco en darte cuenta , pero escribirlas y explorar tus opciones puede ayudarte a encontrar las respuestas.
- Comparte tus sentimientos con tus amigos. Hablar sobre ello te ayudará a sacar algunas ideas en limpio. Nadie puede decirte qué hacer… pero pueden ser tus consejeros.
- Busca ayuda profesional. Encuentra un psicólogo con el que te sientas cómoda. Necesitas a alguien que pueda ver tu situación en perspectiva, y debes sentirte segura en su presencia.
- ¡Arriba el ánimo! En vez de quedarte en casa autocompadeciéndote, prueba nuevas experiencias y busca gente nueva. A veces, un nuevo comienzo aclara las cosas y te da una nueva perspectiva.
- No huyas de tus sentimientos. Si estás lidiando con una pérdida, permítete llorar y procesar tus emociones. Déjalas salir y rodéate de gente que te quiera y se preocupa por ti. El dolor acaba marchándose, pero no si lo eternizas por no sacarlo de tu sistema.
- Por último, no ignores lo que te pasa. Enfrenta tus sentimientos y trata de hacer algo proactivo acerca de ello. No, ahogarlos en alcohol NO cuenta.
He tenido mis crisis, como todos, y cada una de ellas me impulsó a hacer cosas nuevas que nunca había pensado fueran posibles. Con cada una de ellas me volví más sabia y más valiente. Ahora me siento mejor equipada para mi próxima crisis… no importa cuándo llegue.