- Si el niño es consciente de que es una pregunta difícil, quizá no se atreva a preguntarte directamente, sino que traiga el tema a colación en una charla, por ejemplo. Estate muy atenta a lo que el niño te dice, no solo a través de sus palabras, sino a través de su lenguaje corporal. ¿Se retuerce las manos? ¿Te mira directo a los ojos? ¿Balbucea o te habla claro y fuerte?
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