De acuerdo con Sue Shellenbarger, columnista de Wall Street Journal, aprender a aceptar la crítica es: “Una habilidad que requiere de práctica, humildad y una dosis considerable de consciencia. Pero la habilidad de aprender de la crítica incita a la creatividad en el trabajo, estudios, y ayuda al libre flujo de comunicación valiosa”. Necesitamos escuchar la crítica, y todas necesitamos aprender a aceptarla. Con eso dicho, no toda la crítica es buena crítica. Hay gente que intentar sabotearte e insultarte con el objeto de ser crueles o que ellos así se sientan mejor consigo mismos; del otro lado, la crítica constructiva, que es la que debe ser honesta, es una retroalimentación útil que puede ser realmente saludable y puede colocarte en dirección hacia la automejora De acuerdo con Steven Stosny, Ph.D. en un artículo para Psychology Today, hay una gran diferencia entre la crítica y la retroalimentación: “La crítica se enfoca en lo que está mal: ¿Por qué no puedes prestar atención a las facturas? Mientras que la retroalimentación se concentra en cómo puedes mejorar: “Repasemos las facturas juntos”. Algunas críticas tienen como objetivo insultarte o implican culpa, mientras que otras críticas tienen como meta ayudarte a mejorar. Necesitas conocer la diferencia, y luego necesitas pensar en cómo responderás (o tal vez para ser más exactas, cómo deberías reaccionar) cuando te enfrentes a ese tipo de retroalimentación constructiva.