Saber cómo tomar probióticos es un poco (y por eso queremos decir mucho) más complejo que simplemente comer una taza de yogurt todos los días. Para empezar, necesitas saber qué son y por qué tu cuerpo los necesita. Los probióticos son los trillones de bacterias “buenas” viviendo en tus intestinos y las necesitas para poder luchar contra las bacterias “malas” que causan las enfermedades. Tampoco solo estamos hablando sobre la digestión. La mayoría del sistema inmune está localizado en tus intestinos, y el qué tan bien tu cuerpo procesa la comida puede afectar todo, desde tu cintura a las alergias y al estado de ánimo.
Así que, ¿por qué todo mundo de repente se ha vuelto loco con respecto a tomar probióticos? Puede que sea que estemos teniendo muchas más dificultades para mantener microbios saludables en el mundo occidental. Algunas investigaciones indican que nuestra obsesión por limpiar gérmenes y las dietas procesadas no saludables están afectando negativamente a nuestras bacterias dentro nuestros intestinos. En un estudio del 2013 de la Universidad Estatal de Oregón, la profesora adjunta y médico en el Departamento de Ciencias Biomédicas de OSU, la Dra. Natalia Shulzhenko, explica: “Hay una interrupción cada vez más grande de estos microbios por el estilo de vida moderno, dieta, uso excesivo de antibióticos y otras situaciones. Con esa interrupción, la conversación se está destruyendo”.
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Una dieta saludable es el mejor camino para mantener a los microbiomas de tu intestino felices, pero puede que aún quieras un suplemento para mantenerlos en la mejor forma. Debido a que la investigación aún es nueva, los expertos aún están tratando de entender cómo funcionan exactamente y cómo tomar probióticos de forma efectiva. Cepas específicas abordan diferentes cosas. Las dos más comunes son Lactobacillus y Bifidobacterium. Clinical Advisor tiene unas tablas que relacionan problemas de salud con cepas de bacterias. Qué dosis y qué bacteria debes estar tomando varía dependiendo ya sea que estés apuntando a un problema específico o solo estés buscando mejorar tu salud digestiva en general. Desafortunadamente, no están regulados de forma estricta, así que necesitas ser extra cuidadosa con respecto a leer las etiquetas y el escoger una marca confiable.
Hay unos cuantas cosas claves a buscar en un suplemento probiótico. Debe contener por lo menos 100 millones de UFC (Unidades Formadoras de Colonias) y necesitan ser cultivos vivos activos. La etiqueta debe tener el nombre del microbio(s) incluyendo la cepa, especie y género—por ejemplo, Lactobacillus Acidophilus DDS-1. La etiqueta también debe decirte cómo guardar los probióticos porque algunos necesitan ser refrigerados o guardados a una temperatura específica. Recuerda, ¡están vivos! La Asociación Científica Internacional para Probióticos y Prebióticos (ISAAP, por sus siglas en inglés) tiene una gran guía para el consumidor con especificaciones detalladas.