2. Hazte valer con firmeza pero con educación.
Recuerda que ese tiempo libre no es un favor que tu jefe te está haciendo, es parte de tu remuneración por el trabajo que haces. Si tu jefe te dice, en principio, que no, asegúrate de tener una razón de peso y, entonces, negocia (véase más arriba) para que funcione para ambos.