La mermelada es un favorito cuando se trata del desayuno, de dulces para las tardes, los postres, y todo lo que esté entre eso. Y hacer tu propia mermelada casera, de ingredientes frescos y un poco de amor, lleva esa dulzura a otro nivel de sabor completamente distinto. Antes de que sacudas tu cabeza y corras a la tienda de abarrotes a comprar una ya envasada, escúchanos. Hacer tu propia mermelada casera es sorprendentemente fácil. Además, es una excelente adición a cualquier fiesta del brunch, un buen regalo para un amigo o vecino que tiene todo, y con ella preservarás los sabores del verano por un rato más.
De acuerdo con Mark Bittman en un artículo para el NY Times, la mermelada casera es especial porque: “De hecho, nos recuerda a la fruta de la cual está hecha, en vez de una pila de frutas derretidas saborizadas con azúcar, como lo hacen la mayoría de las mermeladas producidas”. Así que obtienes lo mejor de los dos mundos—el sabor de una fruta de verano fresca, madura y perfectamente seleccionada, y la textura y comodidad de una mermelada deliciosa.
Así que, ¿por dónde empezar para una mermelada casera? Primero, necesitas escoger qué fruta quieres usar. Seguro, podrías quedarte con una sola fruta (la mermelada de fresa es un clásico por una razón), o podrías ponerte un poco más sofisticada y mezclar y combinar diferentes bayas y frutas basadas en tu humor. La prioridad es seleccionar frutas que son frescas, están en temporada, y que estén en su madurez máxima, pero no sobre maduras. De acuerdo con Bon Appetit: “La fruta más vieja tiene menos ácido y menos pectina, que produce una jalea derretida que decepcionará a cualquier pan tostado”.
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Luego, necesitas entender un poco sobre cómo está hecha la mermelada. Es muy simple de hecho. La mermelada es el producto cuando la fruta es cocida con azúcar para crear una textura de puré algo robusta (de hecho ves algunos trozos de fruta). Aunque los términos jalea y mermelada son usados de manera intercambiable, la jalea es el resultado cuando una mermelada pasa por una bolsa de jalea, así que es más delegada y suave. La pectina, de acuerdo con Bon Appetit, es: “Lo que causa que la mermelada y jalea se hagan gel. [La pectina es] algo natural en muchas frutas, especialmente en uvas, manzanas, cerezas, y cítricos; también puedes comprarla en forma de polvo”. Lo ideal que quieres en mermelada es que tenga cuerpo y textura, pero que sea lo suficientemente suave para que puedas untarla.
Como The Kitchn.com dice, los ingredientes principales en la mayoría de las mermeladas incluyen fruta, azúcar y jugo de limón. “El limón es utilizado en la mermelada para añadir balance ácido y pectina”. También balancea naturalmente la dulzura de la fruta, para que así haya un buen radio de acidez y dulzura. Del otro lado, el azúcar añade dulzura, en caso de necesitar un agente edulcorante adicional en la parte superior de la fruta hervida que utilices. Lo que es grandioso de la mermelada casera es que puedes controlar la dulzura, a diferencia de las marcas que compras en las tiendas, que a menudo están cargadas de azúcar innecesario. Comienza con hervir la fruta de tu elección con jugo de limón y una cantidad pequeña de azúcar, y luego añade al gusto según se necesite.
De acuerdo con Bon Appetit, cuando se trata de envasar, usar tarros de conservas es una manera clásica y bonita de embotellar tus productos. Comienza con frascos esterilizados (simplemente hiérvelos por alrededor de 10 minutos), y ponles la mermelada caliente pasándola con un cucharón. Para las mermeladas que se van a comer de inmediato, todo lo que necesitas hacer es dejar que la mermelada se enfríe. Para las mermeladas que quieres preservar y usar después, enrosca la tapa, solo asegúrate de que no esté muy apretada para que si la mermelada se expande el cristal no se quiebre. Luego, usa unas pinzas para tarros o tenazas, y cuidadosamente baja tu jarra en una olla con agua que esté hirviendo ligeramente para que el agua cubra tu jarro alrededor de una o dos pulgadas. Déjalas hervir a fuego lento por alrededor de 10-20 minutos, luego, con cuidado, retira las jarras y déjalas enfriarse. Después de que estén frías, prueba la tapa para asegurarte que el sello esté cerrado y nada de aire pueda entrar o salir. Una vez que termines, esas mermeladas preservadas pueden durar por un año, lo que significa que puedes disfrutar tu fruta de verano en cualquier época del año, aun durante las primeras nevadas de la temporada de invierno.
Aquí hay unas cuantas recetas deliciosas y fáciles para que comiences. Y recuerda, la práctica hace al maestro, así que tienes nuestro permiso para hacer muchas mermeladas y jugar con los ingredientes hasta que lo hagas bien. Dudamos que tus amigos se quejen si les pides que prueben tus creaciones.
Mermelada picante de tomate
No todas las mermeladas tienen que ser 100% dulces. Esta mermelada picante de tomate mezcla tomates con jugo y cáscara de limón, canela, comino, pimiento rojo, clavos y jengibre.
Mermelada de fresa
No puedes equivocarte con esta receta clásica de mermelada de fresa. Ésta solo requiere alrededor de 10 minutos de tiempo de cocina y luego simplemente necesitas dejar que la mermelada se enfríe y cuaje.
Mermelada de miel, tomillo y zarzamora
Esta receta tiene los ingredientes estándar de fruta y azúcar, pero también usa miel para una dulzura natural y tomillo para una sazón complejo y sabroso.
Mermelada de ciruela
Quizá normalmente no pienses usar ciruelas para mermeladas (las bayas y albaricoques son mucho más comunes), pero la mermelada de ciruela es una mezcla perfecta de dulzura y acidez, y sabe a verano.
Foto 4 cortesía de Food Network.com