La solución: incluso cuando era una niña viviendo en un país de habla hispana, mi padre siempre me habló en español. Hoy en día esa es nuestra lengua para comunicarnos y si estamos en presencia de personas que no hablan inglés, yo traduzco nuestra conversación a los demás. Hago lo mismo con mis hijas. Algunas personas se ofenden, pero mi prioridad es que mis hijas sean bilingües y atajar los problemas que me salgan al paso, uno por uno.