He sido maestra durante muchos años y he aprendido a tener siempre mi día planificado de antemano. De hecho, los docentes saben que de lo contrario, todo será un caos. Lo mismo en casa. Si eres padre y tienes hijos pequeños a tu cargo, necesitas una estructura y un sistema o si no, tu día será improductivo, desorganizado y estresante para todos.
Uno de los métodos que empleamos los maestros para organizar las actividades en clase es usar “centros” de actividades, de modo que los niños vayan de uno a otro revisando diferentes conceptos y habilidades en cada uno de ellos. De este modo, los niños están conectados con lo que se está estudiando sin la necesidad de que su maestra esté hablando todo el tiempo, con la ventaja de que, además, los niños aprenden a concentrarse en una sola tarea. En tu casa, puedes utilizar la misma estrategia creando centros de actividades que ocupen a los niños mientras tú haces las labores de la casa, preparas la comida o trabajas en la computadora, si es el caso.
Por supuesto que esto no es una solución mágica que va a funcionar perfectamente desde el primer momento porque los niños necesitarán acostumbrarse a su nueva rutina. Una vez que lo hagan, sin embargo, la casa estará mucho más tranquila, los niños estarán mejor estimulados y se comportarán mejor y papá y mamá encontrarán por fin un poco de tiempo para ellos mismos… ¡o aunque sea para chatear en Twitter!
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HAZ UN HORARIO
La regularidad es la clave, así que asegúrate de que los niños comiencen a trabajar en sus centros a la misma hora todos los días. Déjalos elegir cuánto tiempo quieren emplear en cada actividad. Los niños, al igual que los adultos, son mucho más felices si tienen varias opciones a su disposición. Para ayudarlos a seguir sus horarios, una buena idea es que su primera actividad sea crear sus propios relojes. Usa pequeños platos de cartón y añade pajillas (popotes, pajitas, pitillos), clips o palitos de helado para las manecillas del reloj.
RESERVA EL ESPACIO
Elige un lugar donde colocarás los centros: la cocina, el comedor, el cuarto de los niños… todo depende del tamaño y la versatilidad de tu hogar. Entonces piensa cuántos puedes ubicar cómodamente y decide cuáles serán los más apropiados.
CENTRO DE ARTES Y MANUALIDADES
Las manualidades permiten a los niños dar rienda suelta a su creatividad. En este centro puedes tener botellas vacías, latas, bolas de algodón, marcadores, crayones, pegamento, plumas, cuentas… y una interminable lista de materiales. Puedes comprar algunos en una tienda de manualidades o en una tienda de baratijas. Los niños pueden hacer molinillos de viento, terrarios en botellas de gaseosa y hasta marcos de fotos. Estarán fascinados con las cosas que pueden construir con un poco de ánimo de tu parte y mucha libertad para explorar.
MATEMÁTICAS Y EL JUEGO DE LAS SILLAS
Hazlos jugar al juego de las sillas con sus hermanos. Excepto que, en vez de jugarlo simplemente, estarán practicando matemáticas. Cuando añades o eliminas sillas, asegúrate de que los niños están sumando o restando en voz alta. Decirlo, y no solo pensarlo, los ayuda con su proceso de pensamiento, así que este juego es, definitivamente, un modo divertido de aprender.
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EL JUEGO DE LAS LETRAS
Para los más pequeños puedes usar letras magnéticas mayúsculas y minúsculas, de esas que pegas en la puerta del refrigerador. Pueden escribir palabras simples como mamá, pata, sal, mal… haciendo grupos de palabras. Los mayores pueden usar palabras en tarjetas con sus definiciones correspondientes en otro grupo de tarjetas. podrán unir definición y palabra para ampliar su vocabulario.
Hay muchas más actividades que puedes organizar para tus hijos en casa. Si tienes alguna duda, pregunta a sus profesores. Los niños aprenderán jugando y las madre tendrán la recompensa de un poco de tiempo libre. Hacer de los centros de actividades una rutina de tu hogar mantendrá a todos estimulados y comprometidos como familia.
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