Nunca pensé que me tocaría contarle a un niño, como me ocurrió por sorpresa en una librería con mi ahijada, cómo se hace un bebé. Me quedé petrificada y me las tuve que ingeniar para ser lo más natural posible. Imagino que me tocarán aún más momentos como ese, pero sí me gustaría poder darles algunos consejos. Sé que son mucho más fuertes y listas que yo, y sus padres se desviven porque estén preparadas, pero la vida se aprende viviéndola y todos somos diferentes. Mi experiencia es mía y en esta carta les diré lo que me gustaría que supieran y evitaran. Ellas harán de sus vidas lo que quieran, como yo hice con la mía, pero si algún día leen esto, espero que les ayude.