Seis cosas que los padres deben saber acerca del bullying-SliderPhoto

Seis cosas que los padres deben saber acerca del bullying
El nuevo libro de Emily Bazelon, Sticks and Stones: Defeating the Culture of Bullying and Rediscovering the Power of Character and Empathy (Palos y piedras: Venciendo la cultura del bullying y redescubriendo el poder del carácter y la empatía), está abriendo un diálogo creado para definir qué es exactamente el bullying. En un artículo reciente para The New York Times, Bazelon explicó que “La definición de bullying adoptada por los psicólogos es la de abuso verbal o físico, repetido a lo largo del tiempo, y que acarrea un desequilibrio de poderes. En otras palabras, se trata de una persona que maltrata a otra, una y otra vez, para hacerla sentirse miserable basada en una posición de estatus social más elevado”. Es importante saber qué es el bullying exactamente. Si tu hijo se mete en un altercado en el patio de juegos por el turno para bajar por el tobogán, por poner un ejemplo, y terminan peleando, sería muy confuso si le dijes a tu hijos que ha sido víctima del bullying en vez de hacerle entender su propia responsabilidad en la riña.

LOS BULLIES O ABUSADORES TAMBIÉN NECESITAN AYUDA
En su columna, Bazelon advierte sobre el peligro de padres y profesores tildando de bullies y víctimas a algunos niños demasido rápido. “La etiqueta de “bully” acarrea un estigma del que es muy difícil escapar para un niño. Hace que se vea a ese niño como una persona fría e incapaz de tener empatía con los demás, cosa que no es cierta”, escribe. Y añade, “Cargar las tintas acerca del bullying noes bueno para el niño que juega el papel de víctima tampoco. Los que son encasillados en ese papel, la tienen muy difícil para revertir la situación”. Mientras que hay que abordar la agresión y resolver los conflictos, todos los padres quieren que a sus hijos los traten con empatía, nadie quiere a que su hijo lo etiqueten de abusador, especialmente si no lo es.

NO TODO ES BLANCO O NEGRO
En una serie de artículos que escribió para  Slate, Emily Bazelon investigó el caso de  Phoebe Prince, una adolescente de  Massachusetts que se suicidó en 2010. Se dijo que el bullying había sido la causa de su suicidio, y seis de sus compañeros de clase fueron acusados después de su muerte de varios cargos, incluyendo acoso criminal y estupro. Pero, después de investigar el caso, Bazelon llegó a la conclusión de que las circunstancias que rodearon el suicidio de Phoebe eran más complicadas que un simple frupo de bullies atormentando a su víctima hasta la muerte. En su reporte, Bazelon exploca que “los hechos que condujeron a la muerte de Phoebe muestran lo difícil que es para los niños, los padres y los colegios lidiar con el bullying, especialmente cuando la víctima es psicológicamente vulnerable”. ¿Qué pueden sacar los padres en limpio de esto? Los casos de bullying no son siempre tan claros como parecen, hay que analizarlos muy detenida y profundamente.

MANTÉN LAS LÍNEAS DE COMUNICACIÓN ABIERTAS
¿Cómo puede saber un padre en qué anda su hijo realmente? ¿Cómo saber si está siendo abusado o abusa de un compañero de clase? ¿Cómo puede saber un padre si su hijo está subiendo fotos de inocentes cachorritos a Facebook o está siendo acosado vía Internet? Bueno, una de las maneras más efectivas es mantener la línea de comunicación abierta y tratar de ser padres que acepten, acompañen y no juzguen las acciones de sus hijos… que necesita saber que, no importa lo feas que se pongan las cosas, siempre puede hablar de ellas con los adultos que mejor conocen: sus padres.

ALGUNAS VECES LOS PADRES NECESITAN TOMAR DISTANCIA…
El primer impulso de los padres es intervenir cuando sus hijos tienen problemas, o simplemente cuando es obvio que algo está mal. Cualquier mamá que perciba que algo va mal en la vida de su hijo querrá investigar y buscar hasta que encuentre la causa del problema. Y, si el problema es otro niño, enseguida le echará al otro la culpa de todo. Pero, a veces, es importante que los padres se mantengan a distancia en algunas ocasiones y resistan la urgencia de hacer juicios apresurados o “rescatar” a su pequeño. Resolver los conflictos en las relaciones interpersonales no es algo que se aprenda de la noche al día. Sin embargo, eso no quiere decir que los padres no puedan hablar con sus hijos. Como Bazelon escribe en su artículo para The Times: “Los adultos pueden muy a menudo ayudar más preguntando a su hijo cosas que lo hagan idear sus propias estrategias de defensa que dictándoles lo que se supone que deben hacer”.

… PERO, A VECES, SÍ HAY QUE INVOLUCRARSE
Cuando los padres consiguen un equilibrio entre hablar con sus hijos y darles el espacio necesario, pueden descubrir que es el momento de saltar al ruedo y tomar parte activa en resolver el problema. Una de las razones por las que hay que mantener las vías de comunicación abiertas es ser capaces de determinar cuando el sunto se va de las manos y se vuelve realmente peligroso y necesita de la intervención de un oficial del colegio, un consejero o, incluso, la policía.