En 1993, el comenzó su obra en el Rockefeller Center y se pintó sobre ella cuando éste se rehusó a quitar una imagen de Lenin. La depresión fue realmente una bendición para los artistas cuando Roosevelt creó la WPA y encargó numerosos proyectos de arte urbano en edificios públicos a lo largo de los EE.UU.
En los 70s y 80s, los metros de la ciudad de New York estaban cubiertas con capas, símbolos y obras maestras de letras pintadas con spray. Aunque hoy en día los artistas de grafiti se han unido a una corriente, el grafiti aún está considerado como vandalismo. Sin embargo, el sociólogo y autor de Graffiti Lives, Gregory Snyder explicó su legado en la BBC: ” Hubo una oportunidad de utilizar la energía de estos jóvenes artistas al servicio cultural de NYC”, él dice ” Y uno de las ventajas del movimiento del grafiti es que gente de todo el mundo venía buscando ver la cultura de NYC- y parte de esa cultura que buscaban era el grafiti escrito en nuestro metro.”
