4. Es bueno soñar
Si tu hijo está decidido a caminar en la luna o subirse al escenario de la Metropolitan Opera House un día, déjale soñar. Los grandes sueños a menudo motivan a los niños a probar nuevas cosas y ellos mismos empujan con tesón en sus áreas favoritas. Tratar de forzar a tu aspirante a astronauta o estrella de la ópera a ser pragmático solo puede aplastar su creatividad.