Como hija de madre nacida y criada en Puerto Rico y de padre norteamericano, y como una de las partes de un matrimonio bicultural, siempre ha sido importante para mí ayudar a mis hijos a sentirse cercanos a su herencia mixta. Mis padres nunca tuvieron ningún problema en aceptar que eran de culturas diferentes y a mí me encantó aceptar y conocer las dos culturas de las que provengo. Recuerdo escuchar salsa y merengue por toda la casa mientras mi mamá hacía su limpieza de los viernes, y me viene a la cabeza cómo iba entendiendo y aprendiendo el español de aquellas canciones pegadizas.
Llevo casada con mi esposo dominicano diez años. Él tiene la piel bastante más oscura que yo. Eso a mí no me importó nunca, pero para mis padres fue un problema desde el principio. No podía entender por qué, porque yo no veía a mi mamá y a mi papá diferentes aunque fueran de distintas culturas. Pero, claro, estaba siendo muy ingenua. Recuerdo que decían cosas como: “Tus hijos te van a preguntar por qué tu cabello es diferente al de ellos”, o “La gente te va a mirar de forma diferente”.
No me importó hace diez años y no me importa ahora, camino con la frente alta y orgullosa con mis dos preciosos hijos. En vez de hacerles sentir temor porque la gente los vea diferentes, enseño a mis hijos, todos los días, a que acepten con orgullo su herencia mezclada. No hablamos acerca de cómo lucimos o sobre nuestro ADN. Lo que sí que hacemos es celebrar quienes somos aprendiendo sobre nuestra hermosa y riquísima cultura mixta.
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MUCHAS CONVERSACIONES
Mis hijos y yo charlamos muy a menudo acerca de nuestra herencia cultural. No es algo que escondemos, pero tampoco estamos todo el tiempo haciendo hincapié en ello. Es mejor un sano equilibrio donde les enseñes a estar orgullosos de quienes son. Mis hijos preguntan a menudo dónde está su Nana, pues ella viaja constantemente a Puerto Rico y vuelve. La buscamos en un mapa y les muestro fotografías de mi familia en la isla. Mis hijos tienen la posibilidad de ver imágenes de su cultura y su tierra. También hemos visitado Puerto Rico en familia y hemos visitado diferentes ciudades para comprobar que la gente vive su vida y trabaja duro, lo mismo que nosotros. Todo esto sale en la conversación de forma fluida y casual y sólo cuando ellos expresan alguna inquietud al respecto.
HISTORIA Y LITERATURA
Muchas veces, mi hijo viene del colegio y comparte lo que ha aprendido en historia y geografía. Sea cual sea el país, cultura o herencia sobre la que ha aprendido ese día y que le ha provocado curiosidad, nosotros ahondamos un poco más en el tema. A través de esta práctica, él ha aprendido no solo sobre Puerto Rico y la República Dominicana, sino sobre culturas extendidas por todo el globo.
Mis chicos tienen ambos inteligencia visual, pero también les encanta leer. Así que procuramos que los libros para ellos tengan ilustraciones atractivas. Scholastics.com tiene mucho material interesante en su página web y hay grandes cantidades de recursos educativos con respecto a la herencia cultural por todo Internet, para ayudar a profundizar y conectar la labor del aula con la del hogar.
Estos son algunas de las formas más sencillas para ayudar a tus hijos a acercarse a su herencia cultural mixta. Hagamos de nuestra rica cultura mixta una bandera que nuestros hijos lleven con orgullo… ¡y no una etiqueta!
