El orfanato Our Little Roses (OLR) en San Pedro Sula (Honduras) es un amoroso hogar para 73 huérfanas. Se trata de niñas que han sufrido abusos o pobreza y que no tienen otro lugar a donde ir. No existen servicios sociales gubernamentales en Honduras ni fondos para los niños que son víctimas de violencia pobreza o enfermedad. Por eso, muchas familias necesitadas abandonan a sus hijas o las obligan a hacerse cargo de la casa y de cuidar a sus hermanos más pequeños, privándolas de su derecho a una educación.
Desde que el orfanato fue fundado en 1988 en una pequeña casa alquilada con 26 niñas, OLR se ha convertido en un oasis de esperanza y oportunidades. Actualmente hay 73 niñas viviendo en dos edificios. 63 menores de 18 están en la casa principal, un verdadero hogar que les aporta amor, cuidados médicos, educación, apoyo espiritual y una dieta saludable. Las tras 10 viven en un edificio más independiente conocido como el Programa de Transición hacia la Universidad. Otros servicios que existen en OLR son una clínica médica y dental y una escuela bilingüe. “Cuando vivía en Honduras, una vez visité un hogar infantil para niños que me impresionó porque vi lo mucho que la vida de los pequeños puede cambiar cuando alguien se toma la molestia de ayudarles. Entonces me di cuenta de que también había niñas en las calles, y no solo niños”, nos dice Diana Frade, fundadora de OLR.
EL PODER DE LA EDUCACION EN LA VIDA DE LAS MUJERES
Frade comenzó a investigar qué les ocurría a las niñas que habían sido abandonadas y abusadas. Como no había hogares para niñas, aquellas que no tenían donde ir eran llevadas a las cárceles de mujeres para sacarlas de la calle. Frade, cuyo esposo Leo fue obispo de Honduras durante 17 años, decidió que alguien tenía que hacerse cargo de la situación y propuso a la Iglesia y a la comunidad hacer algo por esas criaturas. “Veinticinco años más tarde tenemos un hogar que transforma las vidas de las niñas, de la comunidad y del país entero, al mostrarles que las mujeres fueron creadas por Dios igual que los hombres y merecen beneficiarse de todas las ventajas posibles, especialmente cuando se trata de acceder a cargos de responsabilidad, en los que las mujeres están marcando una diferencia”, dice Frade.
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Hasta ahora, no hay ninguna otra institución en Honduras dedicada a preparar, equipar y ayudar a las niñas que un día vivieron en la calle, para que formen parte de la sociedad de clase media. “Es una labor muy importante porque las niñas sin educación ni habilidades sociales tienen muy pocas oportunidades, por no decir ninguna, de escapar de la pobreza”, resalta Frade. Actualmente, una de las “graduadas” en OLR es ingeniera. Otra, dentista. Una tercera ha montado su propio centro de belleza.
UN LIBRO Y UNA PELICULA
“Una de mis pasiones es hablar sobre cómo es posible transformar una vida y hacer que sea plena”, asegura Frade. “Y las artes, en todas sus formas de expresión, son una parte importantísima en el proceso de sanación. Lo he comprobado una y otra vez”.
Por eso, uno de los proyectos más apasionantes de OLR es el que lidera el padre Spencer Reece, que también es un prestigioso y premiado poeta americano. Hace años, Reece pasó un tiempo trabajando en OLR con las niñas. “No estaba preparado para lo que vi. Honduras es el país de habla hispana más pobre del Hemisferio Occidental. Jamás había visto tanta pobreza. Y nunca había vivido con huérfanas”. Reece recuerda que durante su última noche en Honduras se sentía completamente inútil. Hasta que una de las niñas, Wendolin, le dijo “No nos olvides”. Eso le conmovió profundamente. “Yo era un gringo de media edad que hablaba fatal el español, que había trabajado en un centro comercial en Florida y escrito un libro de poemas. Y ella estaba contando conmigo”, dice. El padre Reece se trasladó a España para mejorar su español y, después de un intento frustrado, recibió una beca Fulbright que le ha permitido regresar a OLR y seguir trabajando con las niñas. Juntos, están escribiendo e ilustrando un libro de poesía que será publicado en una edición bilingüe.
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Además, el director Brad Coley está rodando un documental sobre OLR. El actor James Franco es el productor ejecutivo, y la cantante Dar Williams está componiendo la banda sonora. Una vez terminada, la película se presentará en los principales festivales de cine del mundo, incluyendo Sudance, Cannes y San Sebastián.
¿COMO PUEDES AYUDAR?
OLR se financia básicamente con donaciones individuales y patrocinios. “Lo que más necesitamos son donaciones de dinero, que nos permite gastarlo en lo que más se necesite en cada momento”, recomienda Frade. En caso de que alguien no quiera o no pueda donar dinero, OLR acepta material escolar (excepto productos líquidos y cuadernos, que pesan demasiado para enviarlos a Honduras). Mochilas, tijeras, reglas, juegos educativos o lápices siempre se necesitan. También es posible donar dinero únicamente para ayudar a financiar el documental. Todas las donaciones se pueden hacer online.
Todos podemos contribuir a satisfacer el deseo de Wendolin de que las niñas de OLR no sean olvidadas, y ayudar a mantener este refugio dedicado no solo a salvar vidas, sino a educar y empoderar a las niñas desfavorecidas de Honduras.