“Vestíos pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de corazones compasivos, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y paciencia, soportándonos unos a otros y, si alguno tiene queja contra otro, perdonándose unos a otros, como el Señor os perdonó, así también debemos perdonar”. Colosenses 3:12-13