Inseminación artificial: Cómo buscar un donante de esperma

Ok, así que tuviste la epifanía (por un sinnúmero de razones posibles) de que la inseminación artificial tal vez sea una buena opción para ti. Primero lo primero: necesitas el donante de esperma perfecto (asumiendo que no la harás con la esperma de tu pareja).  Habla con cualquiera que haya concebido de esta forma y te dirá que escoger al donante de esperma puede ser aterrador.

Pero aunque toma mucho trabajo y paciencia, parece que más y más mujeres están criando por cuenta propia. La escritora Kat Bolick en un artículo titulado Should You Have a Baby on Your Own? para Cosmopolitan dijo: “California Cryobank, uno de los bancos de esperma más grandes de la nación, me dijo que han visto un crecimiento significativo en las clientas que escogen ser madres solteras desde principios del 2000, particularmente en los últimos 5-8 años”.

Los individuos que donan esperma

En el mundo de los donadores de esperma, hay dos tipos de donadores: donadores anónimos o donadores que conoces. Hay pros y contras para ambos, y mientras más sepas antes de convertirte en madre, más protegida estarás. Normalmente las tres rutas principales para la donación de esperma son: 1) ir a una clínica de fertilidad que guarde esperma congelada donada. 2) usar el esperma de un donador que tú ya conoces en donde puedan ir a una clínica de fertilidad juntos o, hacer que el donante te dé una muestra de esperma nueva directamente a ti en casa, y por último 3) viajar en búsqueda del tratamiento de fertilidad más adecuado.

Económicamente hablando, trabajar con un donante que conoces normalmente cuesta menos que trabajar con alguien que no, porque el esperma no necesita ser comprado. Sé muy consiente que con esperma nuevo debes someterte a dos exámenes de enfermedades infeccionas (como el del VIH) en un periodo de 6 meses. Del otro lado, el esperma donado de forma anónima al banco se requiere que se someta a este examen de salud por ley.

Debes conocer la ley

Si tú y tu hijo quieren una conexión personal con el donador, asegúrate de volverte muy familiarizada con las leyes sobre la inseminación con donantes en tu estado, porque hay riesgos involucrados. Es mejor buscar asesoría de un abogado que entienda los matices de la ley en tu estado, y que pueda garantizar que cualquier riesgo por la custodia y los riesgos potenciales de apoyo financiero que rodean la custodia de tu hijo, han sido examinados cuidadosamente.

Escoger un donante de esperma anónimo, del otro lado, es algunas veces preferible porque la ley no le otorga a los donantes anónimos derecho legal alguno sobre el niño que nace del esperma. Ten presente que algunos donadores anónimos no dejan información de identificación, mientras que otros escogen participar en un programa de “liberación de identidad (identity reléase)” ofrecido por algunos bancos de esperma.

Cuando el momento llegue

Esto significa que el donante permite que el banco dé su información cuando el niño cumpla 18 años y por ejemplo, quiera saber quién es su padre. Cuando busques  un banco de esperma asegúrate de que tenga una licencia otorgada por la Board of Health, y que el banco de esperma obtenga y presente  un examen físico completo del donante, y elimine donadores potenciales que están en un riesgo elevado de enfermedades de transmisión sexual, VIH, así como también muestre enfermedades hereditarias, como la fibrosis cística. Estudios indican que el hecho de que un niño sea concebido a través de la donación de esperma tiene menos defectos de nacimientos en comparación con la población general, tal vez por todos los requerimientos de selección.

Después de que has analizado los pros y contras de la inseminación artificial y las posibilidades de donación y hayas seleccionado un donador anónimo, asegúrate de hacer mucha investigación en su perfil. ¿Es un científico, artista o un dueño de negocio? ¿Qué datos extravagantes escribieron en la parte de sus perfiles que dice “Exprésate”? También mira sus fotos de la infancia, a sabiendas de qué tan especial tal vez sea un día, cuando tu hijo reconozca esos ojos verdes o gran sonrisa brillante como la suya.