Los mitos absurdos acerca de la medicina pública-MainPhoto

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He apoyado la salud pública, sí, no me da miedo la palabra, desde mucho antes de mudarme a vivir a Italia. Ahora que llevo aquí varios años, soy una convencida. Desearía que cada votante de U.S.A. que se opone al plan de salud público pudiera experimentar, aunque sólo fuera una vez, la libertad y la confianza que se sienten al ir al doctor, el hospital o la farmacia y pagar muy poco o nada a cambio de cuidados médicos modernos y de calidad. Desearía que pudieran sentir el alivio de saber que, si pierden su trabajo, aún tendrán cobertura médica. Que si se enferman gravemente, tendrán los gastos médicos cubiertos. Que cuando sus padres lleguen a una edad avanzada, nunca tendrán que preocuparse acerca de cómo costearán sus gastos médicos.

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Escucho las afirmaciones ignorantes de los que no están de acuerdo con el servicio de salud público, especialmente qué terrible es en otros países y qué nivel tremendo de desaprobación tiene entre los ciudadanos de esos países. Así que no me queda otro remedio que aclarar las cosas y contar cómo es el servicio de salud público en el resto del primer mundo (puesto que antes del 1 de octubre, Estados Unidos era el único país del Primer Mundo sin un programa de salud pública):

NO, NO ENVIDIAMOS A LOS ESTADOS UNIDOS
Aquellos que siguen pensando que el sistema de salud norteamericano es la envidia del mundo… piensen otra vez. Europa no entiende cómo la nación más poderosa del mundo no tiene un sistema de salud que cuide de todos sus ciudadanos. La mayoría de los que vivimos en europa somos muy felices con el servicio de salud que tenemos, gracias. Y que no venga un grupo de políticos enojados a intentar quitárnoslo, porque los echaríamos antes de que puedas terminar de pronunciar “Obamacare.”

ESTAMOS ESTUPENDAMENTE, GRACIAS
Aquellos que afirman que la medicina pública es buena solo si no tienes nada muy grave… otro error. En los cuatro años que llevo en Italia, mis familiares y amigos, y yo misma, hemos sido tratados, y con mucho éxito, añadiría, de los siguientes problemas médicos:

  • Cáncer de colon y estómago. Chequeos constantes después de la operación confirmaron que mi familiar está libre de cáncer.
  • Embarazo de alto riesgo. Esto incluye cuidados prenatales, cesárea e internamiento posterior, cuidado post-natal y enfermera pediátrica a domicilio.
  • Diabetes y diálisis. Una ambulancia viene todos los días para llevar a mi vecino al hospital, dializarlo, hacerle tratamiento para su diabetes y traerlo de vuelta a casa.
  • Rotura de huesos. Cuando llevamos a mi esposo a emergencias, inmediatamente le hicieron rayos X y después le enyesaron. Todo eso duró unas dos horas y, además, le dieron unas muletas.

¿Cuánto nos costó esto? Nada, cero dólares o, mejor dicho, cero euros, que es todavía 1.35 más multiplicado por cero.

Y, ADEMÁS, PAGAMOS MENOS
A los que dicen: “Bueno, pero pagan mucho más de impuestos que en estados Unidos”. Sí, es verdad, nuestros impuestos son un poco más caros, pero habría que definir cuánto es “mucho más”. Con primas, deducibles y copagos, la familia asegurada promedio en Estados Unidos paga más de 21.000 dólares por año por un seguro médico. Eso sumado a los impuestos. Así que, incluso cuando nuestros impuestos son un poco más caros en Italia, ni se acercan a lo que los norteamericanos medios están pagando por un servicio de salud. Además de que no tenemos que lidiar con las facturas de médicos u hospitales.

Es realmente descorazonador ver que lo que debiera ser un proceso de transición positiva y enriquecedora en Estados Unidos está siendo boicoteado por un partido Republicano contrariado que está determinado a ver caer al presidente Obama a cualquier costo. La lucha de los republicanos no es acerca de la compasión y el bienestar público. Se trata de avaricia y odio hacia Obama. Quizá la mayor parte de los congresistas y público que se opone al ACA no imaginan que pueden quedarse sin trabajo, imposibilitados para trabajar o seriamente enfermos. Seguramente ninguno de ellos tendrá que transitar episodios como estos. Quizá sí que los hayan sufrido, pero no les importa un pito lo que pase con sus conciudadanos. (Tristemente, me parece que he dado en el blanco con esta última frase).

No le deseo mal a nadie. Pero desearía que solo por una noche, todos esos congresistas que han votado más de 40 veces en contra de la ACA, tuvieran que desvelarse por la noche pensando cómo pagarán sus facturas médicas, cómo podrán costear un tratamiento que es de vida o muerte o cómo va a conseguir ese medicamento que no está cubierto por el seguro… o si van a ir a la bancarrota por todo esto y si sus hijos tendrán que renunciar a ir a la universidad porque los ahorros para este fin están siendo utilizados para pagar todo lo anterior.  Quizá entonces harían el trabajo para el que fueron votados, y se pusieran al servicio de su gente dejando que el Affordable Care Act comience a funcionar sin más dilaciones.