10 razones por las que hablar de política puede arruinarte el día
Es una regla básica de etiqueta mantenerse alejado de temas como la política en reuniones sociales. Se supone que no quieres incitar a la ira o la pasión, a nada polémico, ni quieres contribuir a un ambiente de confrontación. Dicho esto, de vez en cuando, ocurre. Algo se desliza y sólo nos queda dar marcha atrás o perder la fe en alguien que pensábamos que tenía las mismas ideologías políticas que nosotros. Cuando hablamos de política, intentamos seguir el venerable consejo de Emily Post: “Tanto si te encuentras en la oficina, como realizando una activa campaña, o en silencio, cuando se trata del tema de la política, es importante considerar el lugar y la audiencia antes de meterse en honduras”. Ahora bien, como no siempre es posible estar lista, aquí tienes 10 razones por las que las charlas políticas pueden arruinar tu día.
1. Pinchazos de sarcasmo
Las charlas políticas a menudo provocan respuestas de condescendencia y sarcasmo. Si estás siendo agresiva o víctima de alguien más, duele e incluso podría dejar una marca indeleble en la relación.
2. Sube la temperatura
Tu discusión política aparentemente inocente podría calentarse más allá del punto de civilidad. Si estás discutiendo con un compañero de trabajo o un miembro de la familia, definitivamente vas a tener que volver a ver a esta persona y, confía en nosotros, va a ser incómodo.
3. Nadie escucha a nadie cuando se habla de política
A menudo, cuando debatimos sobre algo nos apasiona, nos convertimos en habladores en vez de en oyentes. Es una situación sin salida porque la conversación inevitablemente irá a punto muerto.
4. Nunca en el trabajo
Cuando estás en el trabajo es muy fácil hacerse enemigos que no te puedes permitir tener y es particularmente inapropiado participar en un debate político. Tus puntos de vista políticos son tus asuntos personales y no vale la pena arriesgarse.
5. Crear un perfil determinado
Revelar tus opiniones políticas personales puede cambiar cómo otros te ven en asuntos que pueden estar relacionados con ello. No te imaginas cuánto pueden diseminarse las ramificaciones de compartir tu opinión.
6. ¿Perder el tiempo?
Se ha demostrado que las charlas políticas interfieren en la productividad en el trabajo.
7. Aislamiento
Las discusiones políticas, ya sea con familiares, amigos, colegas o extraños, pueden hacer que la gente se sienta sola, aislada o superada.
8. No es divertido pelear por política
Una charla política puede poner un freno a un buen momento. Puedes ser conocido como Buzz Killington si acabas con la diversión en una fiesta o reunión social.
9. ¿Cuál es el punto?
Nueve de cada diez veces, nadie va a cambiar las opiniones políticas de otro con una conversación o diatriba. Así que no te canses y disfruta de su compañía.
10. Aguafiestas
Si eres un invitado en una fiesta que no está políticamente definida y abres tu propia agenda política, estás secuestrando la fiesta de tu anfitrión, siendo un pésimo invitado. No, no, ¡¡no!!