Consejos que funcionan para que tu bebé deje los pañales-SliderPhoto

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A pesar de que tengo dos bebés en casa  usando pañales, no tengo demasiada prisa por que mi hija mayor, Emma, de casi dos años, use la bacinica. Como ya he estado preparándome para cuando llegue el momento, sé, de primera mano, que las madres son bombardeadas con libros, consejos, productos y técnicas de todos los tipos que aseguran ser el método infalible para que sus hijos aprendan a ir al baño. En lo que a mi pequeña y a mí respecta, hemos decidido tomárnoslo con calma.

¿UN PLAN DE TRES DÍAS?
Parece que la nueva tendencia es un método en el cual no te despegas de tu bebé por tres días, mientras él corre desnudo o en calzones… se supone que así será húmedamente consciente (o peor) de que ha tenido un accidente. Se supone que este método ha sido un milagro para muchas mamás y que sus hijos han aprendido a usar la bacinica en tres días. Pero te cuento por qué en mi familia no funciona…

Tener un “accidente” ya es suficientemente vergonzoso cuando lo es realmente. En este caso estás provocando que tu bebé lo tenga. Eso es una maldad porque los niños, en su mayoría, nacen con un sentido innato de la vergüenza y puede causarles un trauma que les perseguirá en su vida adulta.

Además, Emma ya sabe cuándo se ha mojado porque usamos pañales de tela, así que no hay ningún gel mágico en sus pañales que la haga no darse cuenta. Cuando se moja, me lo dice.

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¿POR QUÉ ACELERAR EL PROCESO?
Si me preguntan, honestamente considero que el proceso va a tomar semanas, incluso meses. Es una transición enorme para una persona tan pequeña. El bebé está acostumbrado a hacer pis o popó cuando le apetece y ahora, de repente, se espera de él que: a) aguante su orina o sus heces hasta que llegue a la bacinica, b) retenga y relaje sus músculos en el momento indicado y preciso y c) se acostumbre a la nueva ropa interior, la bacinica y todo lo demás…. solamente en tres días. Es demasiado.

Nosotros compramos una bacinica para bebés cuando Emma estaba por cumplir un año. Se acostumbró a jugar con ella, se sienta en ella ( a veces vestida) y, en general, se acostumbró a que esté por ahí. También me acompaña al baño cuando yo voy (es increíble cómo una pierde la privacidad cuando se convierte en mamá, ¿verdad), y observa cómo funciona la cosa. Le encanta limpiarse con papel higiénico… ¡con la ropa puesta! y poner el papel en el WC. Incluso le permito tirar de la cadena y no se asusta del tremendo ruido.

Los asuntos de ir al baño se han vuelto muy trascendentes para Emma, se toma su tiempo para avisarme cuando está “MOJADAAAAA” y necesita que le cambie ya sus pañales. Cuando anda por ahí, sin nada puesto, la animo a que vaya al baño y se siente en el WC, ¡y le encanta!… aunque no haya nada para dejar allí.

PACIENCIA Y NADA DE CULPA
Como en cualquiera otro de los procesos que los bebés tienen que superar, la paciencia es la llave del éxito. No quiero que Emma se sienta presionada antes de tiempo, ni deseo que se sienta culpable por no poder cumplir mis deseos. Aún se está amamantando y tuvo una hermana menor a una edad muy temprana. No creo que deba forzarla antes de tiempo.

Dejar los pañales no tiene que ser un proceso estresante para padres y bebés si se maneja con paciencia y respeto al pequeño. Yo lo tomo como una oportunidad para que Emma y yo aprendamos algo juntas, lo hagamos a nuestro ritmo y con el mayor respeto por nuestro cuerpo y el de los demás. Espero tener muchas oportunidades de aprender con mi preciosa hija a los largo de nuestras vidas, ¿qué más puedo pedir?